Capítulo 13

Hola holita vecinitos. Bueno, aunque muchas me habéis dicho que os vais de vacaciones no pasa nada, el fic os esperará aquí cuando volváis y disfrutaaaaad. Pues eso, este capítulo toma otra perspectiva, otros protagonistas muy especiales, espero que os guste tanto como a mi. Gracias por comentar -A

-          Todo pasó cuando vosotros dos estabais peleados – dijo Liam señalándonos a Louis y a mí.

-          ¿Nosotros peleados? – dijo Louis- Eso cuando ha pasado jajajaja

-          Esa fue la última pelea, bueno la primera y última pelea así fuerte – dijo Aria.

-          A... esa… vez – respondí- Estábamos demasiado ocupados como para darnos cuenta de lo vuestro no?.

-          Exacto – contestó Liam.

{POV LIAM}

Sam y Louis habían discutido. Está claro que dentro de una pareja siempre hay peleas y ellos las tenían pero mayormente eran tonterías, pero esa vez no. Ya habían pasado más de 2 años desde que nos habíamos conocido y su relación iba bien encaminada, la relación había salido a la luz aunque seguían sin dejarse ver ya que Sam no era muy fan de las cámaras y esas cosas pero claro, las veces que venía allí a verle siempre había fans y algún paparazzi y de momento respondía bien para lo que era Sam pero la presión al final había podido con ella. Todos los rumores sobre Louis, puedes no hacerles caso pero al final te acaban afectando aunque no quieras y eso había pasado, Sam se había cansado, lo veía todo negro y así se lo había dicho a Louis el cual en vez de pensar claramente y ver que era algo razonable se enfadó y discutieron y Sam no es e las tranquilas al discutir, para nada.

Habían estado una semana sin hablarse,  ni llamadas ni mensajes, nada. Los chicos y yo sabíamos de cómo estaba Sam por Aria con la que hablábamos y bueno, nos decía que no estaba muy bien, lo normal y que se habían ido a un apartamento en un pueblo de Bilbao de los abuelos de Sam para estar tranquilas y pasarían allí todo el verano. Al principio Louis no quería hablar, no quería saber nada, estaba enfadado pero a medida que pasaban los días se le veía más y más triste y por mucho que Harry intentara hablar con él no conseguía nada, le había salido la vena cabezota, hasta un día que todo cambió.

-          ¿Qué es esto? – dijo Louis mirando lo que Niall acaba de dejar encima de la mesa.

-          Míralo – contestó el rubio.

-          Ya estamos con los secretismos que tan poco me gustan – dijo Louis cogiendo lo que estaba en la mesa, la cara le cambió al instante - ¿De dónde lo habéis sacado?

-          Lo encontré por casa – contestó Harry.

-          Por casa o por mi habitación? – preguntó Louis

-          Sabes la respuesta – dijo Zayn.

-          Y que se supone que tengo que hacer con esto? – dijo Louis con el papel en la mano.

-          Primero deja de ser tan gilipollas y segundo sabes que es ese papel – contestó Liam.

-          Estás deseando ir y lo sabes – dijo Harry- Louis, es Sam, tú Sam, no podéis echar todo a perder por esta tontería.

-          ¿Tontería? – exclamó Louis.

-          Si, tontería. Sabes que es normal que Sam haya pensado todo eso, ponte en su lugar – dijo Zayn.

-          No nos estamos poniendo de su parte porque los dos tenéis culpa porque sois unos cabezotas – dijo Liam.

-          Pero ella tampoco lo está pasando nada bien por lo que nos ha dicho Aria – dijo Niall dando paso a unos minutos de silencio donde todos esperaban que Louis dijera algo.

-          Tengo miedo de… de ir y que sea en vano – dijo Louis con la mirada en el suelo.

-          Pues no lo tengas, porque todo se va a solucionar así que haz la maleta que nos vamos a España – dijo Liam.

-          ¿Nos vamos? – dijo Louis alzando la cabeza.

-          Os vais – dijo Harry- Vosotros 2, nosotros nos quedamos que hay que hacer acto de presencia y Liam se ha presentado voluntario para acompañarte.

-          Y no se nos ocurre un por qué – añadió Niall.

En menos de 3 horas nos encontrábamos de camino a España, en el aeropuerto nos esperaba Emma que nos acompañaría hasta el pueblo donde estaban Aria y Sam ya que ella estaba trabajando y solo estaba por allí los findes así que son suerte, este finde estaríamos los 5 juntos sin problemas.

El vuelo fue tranquilo, a Louis se le veía nervioso pero era normal. De camino al apartamento, en el coche con Emma Louis tampoco habló mucho, Emma y yo nos pusimos al día, hablamos de todo un poco ya que era 1h de camino y alguna que otra sonrisa si le consiguió sacar a Louis con su encanto además de que le tranquilizó y le dijo que todo se arreglaría y si lo decía ella que era de las personas que mas conocía a Sam tendríamos que confiar.

En la puerta nos esperaba Aria con una sonrisa de oreja a oreja y en cuanto bajamos del coche nos dio un gran abrazo el cual le devolvimos con ganas, no hablamos mucho rato más. Emma se fue diciendo que le tuviéramos al corriente y que en 2 días nos veríamos y arrancó el coche.

-          ¿Estás preparado Louis?- preguntó Aria.

-          No, no lo estoy. No sé qué hago aquí – dijo Louis.

-          Tonto, estas aquí para recuperar a tu chica – contestó Aria con una sonrisa- Imagina que es una película americana y todo saldrá bien.

-          Confía en Aria – añadió Liam.

-          Entonces, ahora subo yo y le digo a Sam que baje y os vais a dar una vuelta y a hablar y lo que sea que queráis hacer – dijo Aria.

-          Vale – contestó Louis.

Sam no tardó en bajar y en cuanto nos vio su cara fue un poema, era una mezcla de alegría pero no, rabia acumulada… mil cosas y me dio un poco de miedo por lo que podría pasar. Le salude con un abrazo y le dije en el oído “Relax y déjale hablar”.

Me subí al apartamento donde Aria miraba a los otros 2 desde la ventana. Estuvieron un rato sin hablarse hasta que Louis hizo una seña como dando a entender que andasen aunque fuese y Sam no se negó.

-          Ahora toca esperar – dijo Aria sentándose en el sofá.

-          Sí, porque estos dos van para rato con tanta cabezonería – dijo Liam

-          Y que lo digas,  cuando se ponen así…

-          Te entiendo jajaja – dijo Liam- Bueno, cuéntame que hace meses que no nos vemos muchacha.

Y así pasamos el rato, la última vez que nos habíamos visto había sido en las vacaciones de Abril que se pasaron a vernos a Londres donde teníamos un concierto pero claro estaban estudiando y no podían quedarse muchos días tampoco. Me contó cómo le iba la carrera y yo le hablé del tour, de cosas que habíamos hecho que no se sabían y mil tonterías más.

-          Espera, esa foto… - dije levantándome.

-          Si, esa foto es del concierto de España, del primero – contestó Aria.

-          Si parece que fue ayer y ha pasado casi un año – dije.

-          Ya ves, si quieres te puedo enseñar mas fotos – dijo Aria que se fue a una habitación volviendo con una caja.

-          Me encantan estas cosas, fotos fotos – dije entusiasmado.

-          Pues aquí tenemos para rato – añadió Aria sacando de dentro de la caja un álbum.

Nos pasamos un buen rato viendo fotos y en cada una le preguntaba cosas, no podía evitarlo, quería que me dijera lo que recordaba de esos momentos, lo que había sentido, todo, me gustaba saber cosas de las fans aunque a Aria y las demás nos las consideraba fans si no amigas.

-          Esta es mi foto preferida, la tengo enmarcada en Sevilla – dijo sacando una foto donde salíamos los 5 cogiendo la bandera de España.

-          Ooooh, ahora lo entiendo jajajaja – dije sosteniendo la foto.

-          Es que parece una tontería pero cuando vas a un concierto de un grupo que te importa y cogen la bandera de tu país es como, como algo demasiado genial, sientes que les importas – dijo Aria mirando la foto.

-          Es bueno saberlo, pero aun si coger la bandera nos importáis – contesté sonriendo.

En ese momento escuchamos unas risas que venían de la calle y Aria se levantó enseguida a asomarse a la ventana.

-          Corre Liam, parece que la parejita se ha arreglado – dijo Aria moviendo la mano para que fuera.

-          Voy voy – contesté dejando la foto encima de la mesa.


       Y allí estamos los dos, asomados  a la ventana mirando cómo se acercaban los que hace unas horas ni si quieran se hablaban. La mano de Louis rodeaba los hombros de Sam y venían riéndose seguramente por alguna tontería, no se habían dado cuenta de que estábamos allí así que antes de entrar se pararon uno enfrente del otro y se miraron durante un rato a los ojos, sin decir nada, juntaron las frente apoyándose uno en el otro y pudimos ver como decían algo pero no lo llegamos a escuchar aunque era fácil saber lo que era ya que seguidamente se besaron.

Subieron y como no les esperamos con la puerta abierta y estuvimos a punto de aplaudir pero Sam nos echó una mirada que nos hizo cambiar de idea. Mientras Sam nos enseñaba la habitación donde nos quedaríamos Aria recogió la mesa y allí encontró la foto, esa foto que tanto le gustaba y donde yo había escrito “23:00h te espero abajo, trae una sonrisa”.

Fue puntual, casi llega antes que yo aunque no hubiera sido raro porque estábamos en la misma casa pero bueno, teníamos la excusa de los tortolitos. Aria estaba sentada en el escalón de la puerta cuando pasé corriendo con una cosa en la mano.

-          Eso... eso que ha sido? – preguntó Aria.

-          Fíjate bien – dije mientras volvía a pasar corriendo.

-          Eso que llevas es una estrella? – volvió a preguntar.

-          Bingo – contesté – Es una estrella fugaz así que pide un deseo – y volví a pasar corriendo.

-          Ya está – dijo Aria riéndose.

-          Espero que haya sido un buen deseo – dije sentándome a su lado.

-          Y yo espero que se cumpla – dijo bajando la mirada.

-          ¿Qué has pedido? – pregunté

-          Si te lo digo no se cumplirá – contesté ella.

-          Si lo hará – dije- Yo quiero que se cumpla el mío, si quieres te digo que es.

-          No que si no, no se cumplirá – exclamó Aria.

-          Yo creo que si… - dije- Mi deseo tiene que ver con tu deseo.

-          ¿Cómo?

-          Mi deseo, mi deseo es que tu deseo sea que quieras tener una cita conmigo – dije de carrerilla por miedo a que no me salieran las palabras.

-          A ver si va a ser al revés y si dices en voz alta los deseos se cumplen  - contestó ella con una sonrisa que se me contagió al instante.